lunes, 2 de mayo de 2011

MipuntoG

Desde que no se fuma en los bares paso bastante tiempo en sus puertas, fumando, charlando, observando. Me fijé en él nada más verlo aparecer, iba acompañado de una rubia. Entre al baño y allí estaban los dos.

- Entras con nosotros, ¿no?- me vacila.

- Por supuesto- le respondo.

Se abre la puerta y entra él, después la rubia que cierra la puerta no sin antes que él se gire y me mire sonriendo.

Volví afuera con mis amigas, dispuesta a liarme otro cigarrillo y charlar sobre el loco día que llevábamos y que aun parecía no acabar. Entonces se acerca, directo a hablar con mi amiga, un encanto con aires de inocente Lolita y sensualidad de Marilyn. Al poco me mira y dice:

- A ti te conozco, eres la del baño que no te has apuntado al trío.

- No perdona, tu rubia me ha cerrado la puerta en las narices.

- (Se ríe) Cierto es.

Mantenemos una conversación sobre las tradiciones de nuestra tierra, él no es de aquí, aunque vive y trabaja aquí. Sigue dirigiendo la conversación hacia mi amiga, parece que le ha gustado (¿y a quién no?), pero de repente se gira, me mira y dice:

- Voy a ser sincero, me acerqué por la rubia, me fijé en ella, pero me gustas tú. Tienes unos ojos preciosos, y carácter, me gusta tu personalidad…me gustas.

- A mi también me gustas tú- contesto sin vacilar.

Empieza a ponerse la cosa un poco tensa, ahí nos quedamos, mirándonos fijamente… Mis amigas que se habían apartado al primer me gustas se acercan, reanudamos la conversación común mientras me pasa el porro que fuma. Aprovecha que mis amigas saludan a conocidos, se gira, me mira fijamente y dice:

- Eres muy guapa, me gustas mucho, en serio.

- Tú también… lo eres.

No había terminado la frase y ya me besaba el cuello, antes de seguir con los labios. Aprovechamos la poca intimidad, le digo que me encantaría llevármelo a casa... me dice que le encantaría quitarme la ropa… Tensión, me besa en los labios otra vez.

- Pero no puede ser, hoy no.

- Ya, lo sé, lo entiendo.

Mis razones eran hormonales, lo que él imaginara, ni idea.

Le pregunto su nombre, G. Me pregunta el mío. Sale su amiga del bar, se acerca a hablar con ella y me sonríe. Mis amigas comentan de ir a otro bar, él lo oye y me dice que nos vemos allí, con una sonrisa… Pero allí no aguanté mucho tiempo, ese loco día había llegado a su fin.

Estaría bien reencontrarse con G y su punto, o mi punto G... por qué no llamarlo así.